Mientras todos miran la inteligencia artificial, una tecnología aún más revolucionaria comienza a emerger: la computación cuántica. Esta nueva frontera promete cambiarlo todo —y las compañías que lideren esta transformación podrían generar retornos extraordinarios.
Por Marc Lichtenfeld
Tuve el privilegio de ver la historia desde primera fila.
Viví en San Francisco durante el auge de las puntocom. Fue una época intensa. Mi esposa y yo trabajábamos en startups tecnológicas y la mayoría de las personas que conocíamos también estaban vinculadas de alguna forma al ecosistema digital.
Ver en tiempo real cómo se desarrollaba internet y lo que ocurría detrás de escena fue una lección invaluable sobre nuevas tendencias, ambición, errores… y, sobre todo, sobre qué necesita una empresa para prosperar en una industria emergente.
Como buen observador de la historia, comprendí que lo que vivíamos, aunque poco común, no era inédito. Hubo muchos momentos en los que ciertas industrias cambiaron por completo la forma de vivir —primero en Estados Unidos y luego en todo el mundo. Esos cambios generaron enormes fortunas.
En 1869 nació el ferrocarril transcontinental. Para 1880, se transportaban USD 50 millones en mercancías por año (casi USD 1.600 millones actuales). Pocos años después, ya existían 364 compañías ferroviarias.
La radio fue para los años 20 lo que internet fue para los 90. En 1921 había apenas cinco emisoras en Estados Unidos. Seis años más tarde, eran 681. Las acciones de compañías radiales impulsaron el mercado alcista de la época: RCA se multiplicó por 200.
Después vinieron otras revoluciones: los automóviles a principios del siglo XX, las computadoras personales al final. Cambios generacionales que transformaron miles de millones de vidas.
Hoy estamos al borde de otro momento de quiebre.
De hecho, de dos.
Seguramente ya estés familiarizado con la inteligencia artificial (IA). Incluso si no la has usado, ya sabes de qué es capaz. Y estamos apenas comenzando a comprender cuánto va a cambiar el mundo gracias a la IA.
Pero hay otro cambio, mucho más silencioso, que podría ser igual de importante… o incluso más.
Se trata de la computación cuántica.
La computación cuántica hace que las supercomputadoras actuales parezcan obsoletas. Puede resolver en minutos problemas que tomarían millones de años a las máquinas más potentes del mundo.
Un ejemplo: Google desarrolló un chip cuántico que resolvió en cinco minutos un problema que llevaría 10 septillones de años con la tecnología actual (un septillón es un 1 seguido de 25 ceros). Imagina eso. De millones de años… a cinco minutos. Es una revolución absoluta.
El potencial es inmenso, tanto para las compañías que lideren esta tecnología como para sus inversionistas.
Ahora bien: en cada boom —ferrocarriles, radio, internet— hubo excesos. Y cuando las burbujas estallaron, muchos inversionistas se lastimaron al perseguir empresas imitadoras sin propuestas reales.
Las compañías que sobrevivieron —como Ford, Cisco o Amazon— fueron las que crearon valor verdadero para sus clientes y accionistas. Lo mismo ocurrirá ahora.
Habrá una gran oportunidad de generar riqueza en los próximos años gracias a la inteligencia artificial y la computación cuántica. Pero también surgirán muchas compañías que solo intentarán aprovecharse del entusiasmo del mercado.
El secreto está en identificar a las verdaderas pioneras: aquellas empresas que están construyendo estas tecnologías desde cero y cuentan con una ventaja competitiva significativa. Esas serán las que realmente generen un impacto en tu portafolio.
Marc Lichtenfeld
Para Zoom de Mercado
PD: La computación cuántica, junto con la inteligencia artificial, está marcando el inicio de una nueva era tecnológica. Y si sabes cómo identificar a los ganadores desde el principio, podrías estar frente a una oportunidad histórica.
Por eso, en Inversor Global hemos seleccionado 7 compañías con el potencial de liderar esta transformación —no solo por lo que hacen, sino por lo que están a punto de cambiar.