Con casi 700 millones de usuarios activos, un modelo de negocio altamente escalable y una hoja de ruta clara hacia márgenes crecientes, Spotify no es solo una plataforma de música: es la columna vertebral del nuevo ecosistema de audio digital. Hoy reforzamos por qué sigue siendo una de las compañías más subvaloradas del mercado… y cómo su expansión a podcasts, audiolibros y herramientas para creadores abre una oportunidad única para los inversores.
Alexander Green
Incorporamos a Spotify Technology (NYSE: SPOT) a nuestra Cartera Núcleo en la edición de mayo de la Membresía Acciones.
Desde entonces, la acción ha tenido varios vaivenes. Pero al cierre de ayer, acumulaba una suba de casi 6%.
Aunque tiene mucho potencial por delante…
Con cerca de 700 millones de usuarios activos, una ventaja competitiva enorme en el mercado global de música en streaming y un camino claro hacia la rentabilidad, Spotify ya no es una pequeña startup europea que intenta desplazar a Apple.
De hecho, ya lo hizo. Y ahora va por algo mucho más grande: el dominio total del universo del audio.
Spotify es una empresa ampliamente incomprendida. No se trata solo de suscripciones de USD 9,99.
Spotify es una plataforma de audio… y el líder indiscutido de un sector que recién está empezando.
El audio en streaming es una de las áreas menos monetizadas de todo internet. Y hay miles de millones de dólares de ganancias en juego.
Vivimos en la era dorada del contenido.
Pero hay un punto que muchos inversores no ven: mientras el contenido visual (Netflix, YouTube, TikTok) se lleva toda la atención, el audio domina en tiempo de consumo.
Según el estudio Infinite Dial 2024 de Edison Research:
- El consumo diario de audio en adultos en Estados Unidos alcanzó un máximo histórico de 4 horas y 18 minutos.
- El 74% de los estadounidenses escucha audio online al menos una vez por mes.
- La audiencia de podcasts creció 10% en el último año, con más de 135 millones de oyentes mensuales solo en EE. UU.
En 2010, el streaming representaba apenas el 7% de los ingresos globales por música grabada. En 2023, ese número subió al 67%, según la Federación Internacional de la Industria Fonográfica.
Y sigue creciendo.
El año pasado, los ingresos de la industria musical llegaron a USD 28.600 millones, con nueve años consecutivos de crecimiento, impulsados sobre todo por las suscripciones pagas a servicios de streaming.
Spotify lidera este segmento con el 32% del mercado global, muy por delante de Apple Music (13%), Amazon (13%) y YouTube Music (8%), según datos de MIDiA Research.
Más usuarios atraen a más artistas. Más artistas atraen a más usuarios. Si sumamos la curaduría de playlists y el descubrimiento musical potenciado por IA, el resultado es un círculo virtuoso muy difícil de replicar.
Pero la música es solo una parte de la historia.
Spotify se está expandiendo con fuerza hacia los podcasts, los audiolibros, las herramientas para creadores e incluso la personalización de voz con inteligencia artificial.
En otras palabras, están construyendo el YouTube del audio.
Con una diferencia clave: Spotify tiene tanto el contenido como la relación directa con el usuario.
Es un cambio enorme. Y el mercado aún no lo valora.
La empresa cerró el segundo trimestre con 696 millones de usuarios activos mensuales.
(Para comparar: Netflix tiene 310,5 millones de suscriptores en sus diferentes planes.)
El streaming ya representa el 84% de los ingresos por música grabada en Estados Unidos, que alcanzaron USD 17.700 millones en 2024, un récord de los últimos 18 años ajustado por inflación, según la RIAA.
Spotify, por sí sola, representa más de un tercio de ese total. Y todavía hay mucho por capitalizar.
Las subas de precios y nuevas propuestas –como el plan premium para “superfans”– nos hacen proyectar que los ingresos anuales pasarán de USD 16.600 millones en los últimos 12 meses a más de USD 20.000 millones hacia finales del próximo año.
Además, su incursión en el mundo del podcasting ha sido muy acertada: hoy concentra el 20% del mercado global de publicidad en podcasts.
Muchos comparan a Spotify con Netflix, por ser dos compañías que revolucionaron industrias tradicionales con sus modelos de streaming. Pero la comparación es limitada.
Netflix invierte miles de millones de dólares por año para generar contenido. Y cuando alguien termina de ver Stranger Things, se acabó.
Spotify, en cambio, no paga por adelantado para que se cree contenido.
Son los artistas y creadores quienes suben su contenido gratis. Spotify simplemente comparte ingresos.
Es más parecido a YouTube que a Netflix.
Y eso es clave, porque le permite escalar márgenes.
Los creadores asumen el costo. Spotify se encarga de la infraestructura, la audiencia y se queda con una parte.
Eso es lo que hace con herramientas como Spotify for Podcasters, Soundtrap y Megaphone.
Estas plataformas permiten grabar, editar, distribuir y monetizar el contenido dentro del ecosistema Spotify.
En otras palabras, Spotify se está transformando en el sistema operativo del audio.
Así como Amazon empezó vendiendo libros y hoy es “la tienda de todo”, Spotify tiene ambiciones que van mucho más allá de la música.
Los audiolibros son el próximo paso.
Ya lanzaron su modelo de suscripción en Estados Unidos, Reino Unido y Australia, permitiendo a los usuarios premium escuchar hasta 15 horas de audiolibros por mes.
Este mercado mueve más de USD 5.000 millones al año y crece a tasas de dos dígitos.
Esto es importante porque tanto los podcasts como los audiolibros tienen márgenes mucho más altos que la música en streaming. Y generan mayor fidelidad del usuario.
Spotify tiene un camino claro hacia márgenes brutos del 30% o más, cientos de millones de usuarios y múltiples palancas de monetización. Y, sin embargo, sigue infravalorada.
Además, la empresa está apostando fuerte a la inteligencia artificial: pruebas con comandos de voz para crear playlists (“pon algo tranquilo para una noche de lluvia”), voces de DJ generadas con IA, traducción de podcasts y descubrimiento musical hiperpersonalizado.
Y aún queda mucho potencial en audio social, interacción comunitaria, comercio por voz y propinas para creadores.
Imagina un cruce entre YouTube y TikTok… pero directo a tus oídos.
El audio es el medio más íntimo y menos saturado que existe.
Ahí pasamos horas al día, con toda nuestra atención y pocas distracciones.
Ese espacio vale oro, tanto para anunciantes como para creadores e inversores.
Spotify no solo está cambiando cómo escuchamos. Está transformando la economía del audio.
Con una posición financiera sólida, un crecimiento de usuarios cada vez más rápido, expansión de márgenes y un equipo enfocado en generar valor para los accionistas, el panorama para la acción sigue siendo más que atractivo.
Buenas inversiones,
Alex
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