La tecnología domina al S&P 500 como nunca antes, pero esa concentración podría traer problemas a los inversores. Alex Green explica por qué un índice ponderado de forma equitativa puede ser una mejor alternativa a largo plazo.
Alexander Green
La mayoría de los inversores en acciones saben que las grandes tecnológicas han liderado el mercado este año, y en los últimos años también.
Lo que menos entienden es cómo ese rendimiento ha afectado a la composición del principal índice bursátil, el S&P 500… y cómo eso probablemente impactará sus rendimientos hacia adelante.
Hoy, la tecnología representa un récord del 35% de la capitalización de mercado total del índice, que asciende a USD 54 billones. En 2018 era apenas un 20%.
Pero esa cifra en realidad subestima el peso real del sector tecnológico. Meta y Alphabet figuran en “servicios de comunicación”, Amazon en “consumo discrecional” y Tesla en “automotriz”. Si se reclasificaran en tecnología, como corresponde, el peso treparía a 45%.
Eso sería positivo si la historia mostrara que la tecnología siempre supera al resto del mercado. Pero lo que enseña la historia es que el sector tiende a sobrecalentarse… y luego a quedarse rezagado.
Cuando eso ocurre –como ha pasado en cada ciclo anterior– los inversores pagan las consecuencias.
Yo no rechazo la indexación de fondos. De hecho, mi cartera “La Armas y te Olvidas” está compuesta por 10 fondos indexados.
Pero el S&P 500 no está entre ellos.
La razón es clara: las valoraciones de las tecnológicas están en niveles extremos. Y sobreponderar la parte más “espumosa” del mercado no es una buena idea.
En ese sentido, la alternativa es invertir en un índice de igual ponderación, como el Invesco S&P 500 Equal Weight ETF (RSP).
En este fondo, cada acción tiene el mismo peso, reduciendo el riesgo de concentración. Se rebalancea trimestralmente, lo que agrega disciplina de “comprar barato y vender caro”. Además, ofrece mayores rendimientos por dividendos e incluye más empresas pequeñas y medianas, que históricamente han dado retornos superiores a las grandes.
Claro que no todo son ventajas: puede tener un rendimiento inferior en períodos de rally de mega caps, mayor volatilidad y más costos (0,2% de ratio de gastos, aún bajo pero el doble que el SPY).
Sin embargo, los datos de largo plazo son claros. En los últimos 25 años, el índice de igual ponderación de MSCI superó al de ponderación por tamaño en 1,2 puntos porcentuales anuales en promedio.
Esa diferencia significa que un inversor que logró USD 1 millón en el S&P 500 tradicional, habría conseguido USD 1,3 millones en el índice equiponderado.
Un simple ajuste, sin más trabajo ni tiempo, con un impacto millonario.
Por eso, si hoy vas a poner dinero a trabajar –especialmente en una cuenta de retiro– recomiendo recomienda hacerlo en un índice de igual ponderación, no en uno ponderado por capitalización.
Y mucho más aún con las tecnológicas en máximos de valoración.
Alex Green
Para Zoom de Mercado