El pago de dividendos es una de las formas que tiene una compañía de entregarle valor al accionista. Sin embargo, hay dividendos que generan valor y otros que no. Hoy vamos a explicarte qué debes evitar y cómo detectar dividendos seguros para tu cartera
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Estimado lector,
La distribución de dividendos es una de las principales herramientas que utilizan las compañías para recompensar al accionista.
El dividendo no es otra cosa que una porción de los beneficios que esa compañía genera y es distribuido al inversor de forma proporcional a las acciones que posee.
Por lo general, un negocio maduro, con ingresos estables y una buena billetera, es ideal para entregar dividendos seguros a los inversores. Eso genera un flujo de ingresos constante que le da la posibilidad al accionista de reinvertirlos en más acciones de esa compañía. Si el negocio prospera, el inversor maximiza sus retornos por la apreciación del capital.
Sin embargo, cuando una compañía no genera efectivo suficiente, sus dividendos no generan ningún valor adicional al inversor.
La trampa del dividendo en acciones
Muchas compañías con problemas de liquidez no pueden repartir dividendos en efectivo. Entonces deciden llevan a cabo una “ampliación de capital” para poder compensar al accionista. Es decir, aumentan el capital social emitiendo nuevas acciones y las entrega al accionista de forma proporcional a su capital invertido.
El problema es que, en la oferta de suscripción de las nuevas acciones, la compañía las ofrece a un precio inferior. Lo que sucederá después de recibir esas acciones nuevas, es que el precio del resto de las acciones disminuirá.
Si las ampliaciones de capital son recurrentes en una compañía, la tendencia de la acción será a la baja, y el accionista quedará repleto de acciones que cada vez valen menos.
Eso es lo que ha estado sucediendo, por ejemplo, con una de las acciones más populares de España: Banco Santander (NYSE: SAN).
Durante los últimos 5 años, la entidad ha recurrido a la ampliación de capital como estrategia para reorientar su política de dividendos. En este gráfico puedes ver la emisión de acciones de Banco Santander desde 2017.
Como ves, la estrategia es emitir más acciones para incrementar el capital social. El accionista recibe más acciones, pero estas acciones cada vez valen menos. Cuando en 2017 las acciones de este banco valían casi USD 7 cada una, hoy se negocian en apenas USD 1,90.
Entonces, este tipo de dividendos no genera ningún valor para el accionista.
Para poder analizar si una compañía decide llevar a cabo ampliaciones de capital y abona dividendos en acciones, tienes que revisar su política de distribución. Para ello, basta con entrar a la sección de “Inversores” en su sitio web.
En este enlace puedes ver el caso de Santander.
El dividendo en efectivo: no todo es color de rosas
Si el dividendo en acciones es el malo de la película, el dividendo en efectivo debería ser el bueno. Pero éste no siempre es el caso.
Como mencioné, el dividendo es una porción de las ganancias que una compañía genera. Si la compañía no genera ningún beneficio, ese dividendo es una trampa, sea cual sea la forma de distribuirlo.
Cuando una compañía pagadora de dividendos se queda sin efectivo para poder repartir, debe recortar su dividendo o suspenderlo para fortalecer su billetera.
Hay compañías que se niegan a hacerlo. Los directivos creen que es una señal negativa para el accionista y que terminarían vendiendo sus acciones. Si hay una venta masiva, el precio de las acciones cae y, con ello, el valor de mercado de la compañía.
Con ese afán de mantener el dividendo a toda costa, se puede recurrir a tomar deuda. Y esto lo único que genera es que la compañía tengo menos efectivo en el futuro, y mayores problemas financieros. Y es probable que sus acciones caigan por el riesgo que esas acciones representan para el inversor.
Esto le sucede, por ejemplo, a la compañía Energy Transfer (NYSE: ET).
Desde hace tiempo, la compañía está abonando un dividendo tan alto que en varios años ha superado a las ganancias que genera.
Para poder compensar la falta de dinero para hacerlo, la compañía debe endeudarse. Y si la deuda se torna inmanejable, el negocio se torna más riesgoso. Cuando una compañía tiene problemas financieros y no acumula ganancias, genera pesimismo en el mercado y sus acciones caen.
Entonces, si el accionista reinvirtiera ese dividendo en más acciones de la compañía, solo acumularía más pérdidas en su cartera.
Cuando el dividendo sí genera valor
Si llegaste hasta acá, estarás pensando que la inversión en compañías que pagan dividendos es una gran estafa. Pero esto no es así. Existe un tipo de dividendos buenos: aquellos que una compañía puede abonar porque su negocio es pujante y su capacidad de pago está intacta.
La compañía Johnson y Johnson (NYSE: JNJ), por ejemplo, distribuye un dividendo en efectivo que genera mucho valor para el accionista. Su política de distribución es repartir entre el 50% y el 60% de sus ganancias como dividendos en efectivo. Eso le permite mantener una estructura financiera sólida y estable, mientras recompensa a sus accionistas.
Cuando el inversor recibe esos dividendos en efectivo, puede comprar más acciones de la compañía que, como ves en el gráfico, se han ido valorizando en el tiempo. Así, el accionista logra maximizar sus retornos de forma exponencial.
Entonces, antes de invertir en una compañía que distribuye dividendos, sigue estos tres pasos:
1- Asegúrate de que abona dividendos en efectivo y no en acciones.
2- Controla que el dividendo por acción sea inferior al beneficio por acción.
3- Busca compañías con bajo índice de deuda y altos flujos de efectivo.
Si logras descartar los dividendos nocivos y quedarte solo con los que te generarán valor a largo plazo, estarás un paso por delante del resto de los inversores.
Eso fue todo por hoy.
Por buenas inversiones,
Diego Matianich
Para El Inversor Diario
Diego Matianich es economista, con más de 15 años de trayectoria analizando la economía global y los mercados financieros. Tiene un posgrado en Value Investing y una especialización en Fusiones y Adquisiciones, propone inversiones capaces de ofrecer el equilibrio perfecto entre seguridad y rendimientos atractivos. Colabora con notas de opinión en periódicos especializados en Argentina y se desempeña como jefe de Research en Inversor Global, con la misión de sumar valor agregado a los distintos servicios de suscripción de la compañía