El sistema financiero mundial se encuentra en graves problemas. Los bancos centrales son los responsables, por lo que si quieres protegerte, debes invertir en activos que escapan al poder de estos organismos. Próximamente podría haber una oportunidad de hacerlo con descuento.
Recuerda que ahora puedes escuchar esta columna en Spotify en Inversor Global Podcast.
Estimado lector:
Hace algunas semanas, publiqué el siguiente tweet:
«¿Qué pasará cuando la vacuna contra el COVID-19 haya demostrado su efectividad? El oro, la plata y el bitcoin CAERÁN. Oportunidad de compra. El verdadero problema NO es la pandemia. El verdadero problema es la enorme deuda pública que tiene Estados Unidos. Estados Unidos está en bancarrota.
Deuda por USD 28 billones y obligaciones sociales por USD 120 billones. El oro, la plata y el bitcoin son las mejores inversiones a largo plazo».
El verdadero motivo por el que se han disparado los precios del oro, la plata y el bitcoin no tiene que ver con el virus, sino que estos activos son una cobertura contra la inflación frente al sistema financiero.
La Reserva Federal y el Tesoro ingresaron al mercado de recompra
Un mercado de recompra es un sistema en el cual se ofrecen a diario préstamos garantizados a corto plazo. Si le preguntas a cualquier persona común y corriente qué es el mercado de recompra, probablemente no tenga ni la menor idea y, sin embargo, es una parte fundamental del sistema financiero.
A continuación, hay una buena explicación, que tomé de un artículo de Bankrate.com, sobre los motivos que llevaron a la Reserva Federal a participar del mercado de recompra en primer lugar:
El comienzo de la participación de la Reserva Federal en el mercado de recompra se puede remontar al 16 de septiembre, cuando se juntaron de manera peligrosa el dinero y los títulos. Los expertos dicen que enormes cantidades de efectivo salieron del sistema, debido al vencimiento de los pagos de impuestos corporativos.
Eso sucedió al mismo tiempo que nueva deuda del Tesoro de Estados Unidos se instalaba en los mercados. Las instituciones financieras querían pedir prestado dinero para adquirir esos títulos, pero la oferta no lograba satisfacer esa demanda.
Finalmente, eso generó una crisis de liquidez y las tasas de recompra se dispararon (el 17 de septiembre llegaron a aumentar hasta 10% en un solo día). En otras palabras, los bancos no querían deshacerse de su dinero por menos de esa tasa.
A su vez, eso impulsó el alza de las tasas de interés de los fondos federales (los saldos mantenidos por las instituciones bancarias en la Reserva Federal), que se suponía que operaban en un rango objetivo de entre 2 % y 2,25 % en ese momento. Además, solo unos días antes, había tenido lugar una segunda reducción.
La Reserva Federal tenía planeado cerrar la canilla de sus operaciones de recompra, pero cuando apareció el coronavirus, el mercado de bonos del Tesoro comenzó a paralizarse.
Entonces, fue evidente que no era el momento para retirarse de las operaciones del mercado de recompra, sino que era el momento de intensificarlas.
Recuerda que la Reserva Federal es el banco central de Estados Unidos. Sus decisiones tienen un impacto en la economía estadounidense y, por lo tanto, en todo el mundo.
Esa posición hace que sea la fuerza más poderosa de la economía global. No es ni una empresa ni una agencia gubernamental. Su presidente no es un funcionario elegido por votación. Eso hace que muchas personas desconfíen, porque no está sometida a la voluntad de los votantes ni de los accionistas.
La gente suele preguntarse por qué los bancos centrales generan tanta controversia. Se debe a que controlan la oferta monetaria de las naciones y determinan la cantidad de dinero en circulación a través de la compra y la venta de deuda. Por consiguiente, tienen más poder que los gobiernos y la gente.
Por eso digo que hay pocas diferencias entre el sistema comunista de planificación centralizada y el sistema capitalista de bancos centrales. Los bancos centrales parecen capitalistas, pero sus raíces están en la literatura comunista. Quienes defienden la planificación económica centralizada consideran que las autoridades y la planificación económica centralizadas son consistentes con los sistemas socialistas y comunistas.
El capitalismo es una economía dirigida por el mercado, en la cual las fuerzas de mercado moldean la sociedad y la vida. El socialismo se caracteriza por la propiedad estatal de las empresas y servicios. El objetivo de la planificación centralizada es tratar que la sociedad sea más equitativa.
La Reserva Federal es solo un espectáculo de títeres. Por eso, no me pongo nervioso cada vez que hace un anuncio.
Todo es una burbuja
En 1971, el dólar estadounidense dejó de ser una reserva de valor. Por desgracia, si buscas las definiciones modernas de dinero, las palabras «reserva de valor» ya no están incluidas en ellas.
Ese año, la brecha entre pobres y ricos comenzó a ampliarse. Por eso, la primera lección de mi Padre Rico es que los ricos no trabajan por dinero.
Voy a reformular el tema: ¿Por qué hay que trabajar por dinero si los ricos son quienes lo emiten y las tasas de interés son inferiores a cero?
Después de 1971, la inflación se afianzó porque el dólar estaba perdiendo valor a gran velocidad. Los precios de las acciones y de las propiedades comenzaron a subir. La especulación inmobiliaria y las apuestas en la Bolsa se convirtieron en profesiones para las personas comunes y corrientes. Solo los perdedores querrían invertir a largo plazo.
La economía mundial floreció. Por desgracia, esa economía ya no estaba hecha de ladrillos. Hoy en día, la economía mundial es un enorme e invisible castillo en el cielo, un castillo hecho por grandes lobos feroces, un castillo hecho de paja, un castillo para atrapar a los tres cerditos.
Desde 1987, el lobo feroz ha estado soplando, con la esperanza de que el castillo de paja no se venga abajo. Los soplidos del lobo han hecho volar a la economía mundial dentro de «todo es una burbuja». El costo de todo lo que queremos es bajo. Los televisores, la ropa y los juguetes son baratos. El costo de todo lo que necesitamos es alto. La educación, el seguro de salud, la vivienda y la comida son caros.
Cuando explote el «todo es una burbuja», todo (las acciones, los bonos, los inmuebles, el oro y la plata) se derrumbará y comenzará una depresión a nivel global.
¿Cuándo sucederá? Nadie lo sabe. Podría ocurrir mañana o dentro de cinco años, o tal vez falten diez años. El castillo de paja colapsará cuando todos los fondos de pensiones de los empleados públicos quieran salir de la sombra del sistema bancario al mismo tiempo.
Eso es lo que sucedió en el 2008. Cuando ese día llegue, la crisis financiera será generalizada. Acciones, bonos, inmuebles, materias primas, incluso el oro y la plata.
El futuro del dinero
El año 1989 marcó el fin de la era industrial y el comienzo de la era de la información.
Hoy en día, se habla mucho del Ingreso Básico Universal, UBI por sus siglas en inglés. Los políticos tratan de avanzar con la agenda socialista y sus discursos incluyen educación gratuita, seguro médico gratuito, vivienda gratuita y muchos rubros más, todos gratuitos.
La pregunta que pocos tienen la intención de responder es, a mi entender, la más importante: ¿Quién va a pagar eso? Conozco y hablo con gente de todo el mundo. Algo que escucho una y otra vez es lo siguiente:
«Soy una persona común y corriente. ¿Cómo se prepara una persona como yo (sin mucha experiencia ni habilidades ni educación financiera) para el futuro en general y el futuro del dinero? ».
Creo que la mejor manera de prepararse es no necesitar dinero. ¿Cómo aprende una persona a no necesitar dinero? El punto de partida para ese proceso es ir en busca de una educación financiera de verdad.
Sé que puede sonar muy sencillo, pero para mí no lo fue.
Sin dudas, es más fácil estudiar una carrera universitaria que te permita acceder a un empleo y, entonces, trabajar por dinero, pagar impuestos, ahorrar e invertir en el mercado de valores.
Pero elegir el camino menos transitado puede hacer la diferencia.
¡Actúa con inteligencia!
Robert Kiyosaki
Para El Inversor Diario
Autor del best-seller Padre Rico, Padre Pobre, y una quincena de otros libros, es uno de los mayores gurús de las finanzas personales del mundo. Gracias a una alianza con Rich Dad Latino, en Inversor Global nos enorgullecemos de presentar Plan de Retiro Soñado, el único servicio donde Robert revela acciones puntuales para comprar y vender, y Súper Acciones Millonarias y Cash Flow semanal.