Robert Kiyosaki se ha transformado en un mentor de emprendedores. No obstante, no fueron pocos los que cuestionaron su carácter de gurú financiero y hasta han levantado las banderas con el lema de “No le creas a Robert Kiyosaki”. Detrás de los incrédulos hay algunos datos a tener en cuenta.
Sucede que el autor de “Padre Rico, Padre Pobre” declaró en quiebra. Básicamente, la empresa no ha pagado las regalías correspondientes en sus seminarios, y cuando perdieron ante el tribunal, no tenían dinero suficiente para pagar. Si bien no fue una quiebra personal se trató de una bancarrota corporativa. Por eso, hay cientos de personas que dicen: “No escuches todo lo que dice Robert Kiyosaki”.
No a pocos les parece espantoso que a este escritor de finanzas personales le haya ido mal con unas de sus empresas. El gurú financiero se ganaba la vida en la venta de “su historia”, en muchas conferencias donde animaba a otros a desembolsar dinero para escucharlo. Al parecer, sus palabras no son más que un castillo de naipes dispuestos a caerse.
Antes de su publicación en 1997 de “Padre Rico, Padre Pobre”, Robert Kiyosaki nunca tuvo ninguna documentación de las riquezas que supuestamente acumuló. Para muchos la historia de su vida es una ficción.
Kiyosaki escribió y vendió su libro, algo que hay que considerar. Luego viró sus conferencias y la serie de asesoramientos. El primero era gratuito, luego iba potenciando el costo de dichas “clases”.
La advertencia es la siguiente: Si alguien es un planificador financiero es justo cobrar por el asesoramiento. No obstante, es importante ser razonable, es decir ver el costo-beneficio por el valor de sus servicios.
“Kiyosaki no es el único”, denuncian algunos inversores poniendo el dedo sobre la llaga de Suze Orman, Ray Lucía y hasta Donald Trump, antes de ser presidente claramente.
Ahora bien, entre los principales hábitos que hay que agarrar con pinzas son los siguientes: Kiyosaki habla de no diversificar. Kiyosaki hace mucho énfasis en que solo los inversionistas “que llegan tarde” y que se conforman con rendimientos mediocres diversifican. Pero esto es muy riesgoso, nunca hay que poner todos los porotos en un solo tarro.
También dice que el multinivel es la mejor manera de aprender a vender pero sabemos que esta técnica no es para todos. . Puede ser una buena manera, pero no la única, ni necesariamente la mejor. Cada uno buscará la forma que más se adecuo.
Hay también cierto sesgo despectivo frente a la figura del empleado, lo sataniza. También sostiene que una casa es un pasivo, entendida como “algo que extrae dinero de tu bolsillo”. Puede ser cierto, pero hay que ser flexible sobre tales situaciones.
Kiyosaki también asevera que los ricos no poseen nada. Pinta una imagen un poco romantizada de las corporaciones. A veces, sus planteos son cercanos a la ficción. Tampoco puede pensar en que ser millonario es fácil. Es desafortunado que no lo remarque de esta forma.
El autor norteamericano también apela continuamente al riesgo, pero eso no es para todos. Puede ser para un inversionista sofisticado o para alguien a quien realmente le sobra dinero y quiere experimentar, pero no para la mayoría de nosotros. Siempre debemos ver el riesgo, y sobre todo calcularlo. No podemos invertir todo lo que tenemos.
Tampoco considerar que los bienes raíces son la inversión más inteligentes.
Por último, también apela a ciertos cuestionamientos sobre la educación formal. Tema delicado para Kiyosaki. Puede discutirse si los temas financieros básicos deberían ser tocados en todos los niveles escolares pero es verdad que en muchos países la educación y los planes de estudio están supeditados a satisfacer demandas que son propias de un contexto particular.
Sus 12 hábitos puede sonar lindos (Establece buenos hábitos diariamente, cuida tu salud, mantente positivo, crea nuevas metas, mejora tus relaciones, pasa tiempo con los que piensan igual que tú, debes estar dispuesto a mejorar, lee, esfuérzate más, no te rindas, encuentra un nuevo mentor y no tengas miedo) pero muchas veces pueden ser inconsistentes entre sí.
La conclusión es la siguiente. A tomar con pinzas las palabras de Kiyosaki. A leerlo pero también leer otros libros de finanzas personales. No hay que tomar todas las cosas a la ligera o tenerlo como un dios incuestionable de las finanzas. Cabe señalar que para unas personas ser millonario significa tener mucho dinero. Para otros ser millonario es tener el tiempo suficiente para hacer las cosas que apasionan y darle una mejor calidad de vida a nuestros seres queridos. En definitiva, no hay que vivir obsesionado con gurúes que tengan la receta del éxito.
Autor del best-seller Padre Rico, Padre Pobre, y una quincena de otros libros, es uno de los mayores gurús de las finanzas personales del mundo. Gracias a una alianza con Rich Dad Latino, en Inversor Global nos enorgullecemos de presentar Plan de Retiro Soñado, el único servicio donde Robert revela acciones puntuales para comprar y vender, y Súper Acciones Millonarias y Cash Flow semanal.