El mercado está lejos de recuperar el sendero alcista. Los inversores deben prepararse para lo que viene y en esa línea, deben conocer los elementos que dan lugar a la situación actual y futura, en términos financieros. Te los explico a continuación.
Por Jim Rickards, desde Darien, Connecticut
En Estados Unidos muchos expertos pronostican que el promedio de mortalidad por casos de Covid-19 alcanzará su máximo en las próximas dos semanas.
La prioridad es “aplanar la curva” para que los contagios no saturen el sistema de salud. Y el presidente Trump extendió las predisposiciones del distanciamiento social hasta el 30 de abril.
Estas medidas extremas pueden ser necesarias para contener el virus, pero el daño económico que enfrentamos es devastador.
Estamos inmersos en el peor colapso económico desde la Gran Depresión. Y esto va a ser peor que entonces, porque ha sucedido más rápidamente y con menos tiempo para prepararnos.
Los datos duros llegarán en las próximas semanas y meses, pero no tenemos que esperar para ensayar conclusiones. El 26 de marzo, el gobierno reportó que más de 3.200.000 estadounidenses aplicaron para obtener cobertura de desempleo esa semana.
El máximo previo fue de 695.000, en octubre de 1982. Con eso te puedes dar una idea.
La respuesta del gobierno ha sido tan abrumadora como el colapso. La Fed está poniendo marcha un nuevo plan de flexibilización cuantitativa (QE) ya ha impreso suficiente dinero para que su balance supere al registrado en el período 2008–2014 de QE1, QE2 y QE3.
La política fiscal también está fuera de escala. El Congreso aprobó un proyecto de ley de rescate de USD 2,2 billones para aerolíneas, pequeñas empresas, particulares, escuelas, hospitales y muchas otras industrias específicas.
Si incluimos esto, es una inyección de USD 425.000 millones de liquidez en el sistema de la Reserva Federal. Una vez que la Fed se haga de este dinero fresco, podrá apalancarse 10 a 1 en término de nuevos préstamos. Así que la inyección real está por encima de los USD 6 billones contando los préstamos de la entidad.
Para poner eso en perspectiva, la deuda del país al día de hoy ronda los USD 23 billones. Así que estamos aumentando la deuda (acumulada desde George Washington a Donald Trump) un 25% en cuestión de semanas. Todo este “estímulo” se supone que rescatará a la economía.
Pero ¿qué sucederá si no lo hace?
La economía ya era débil antes de la crisis
El balance de la Fed está en franco ascenso. Pero las ganancias corporativas están en un marcado descenso. El banco central puso el foco en el sistema financiero y en prevenir el congelamiento del mercado de crédito, pero no mucho más. Hay gasto. Hay impresión. Pero no hay “estímulo”.
La cuestión es que la economía ya se encontraba debilitada mientras entraba a la crisis. Las acciones estaban sobrevaluadas, los prestamistas estaban sobre extenuados y la calidad crediticia era deficiente. Dar dinero a la gente puede ser necesario, pero no rescata a la economía si las personas lo ahorran o lo utilizan para pagar deudas (cosa que harán muchos).
No hay velocidad si la gente no gasta el dinero. Así que, sí, el salvataje era necesario. Pero no significa que debas esperar una recuperación veloz.
¿Cuánto va a durar la nueva recesión? ¿Cuán profunda será? ¿Rebotará la economía rápidamente en forma de “V”?, ¿o habrá una caída con un lento crecimiento en forma de “U”, o incluso en forma de “L”?
La economía estadounidense tiene un consumo del 70%, y alrededor del 70% de esa cifra está vinculada al sector de servicios, no a los bienes, por lo que la mayoría de estas pérdidas serán permanentes.
La famosa recuperación en forma de “V” solo es posible cuando tienes una demanda pujante. Pero no es lo que tenemos ahora, esto será más parecido a una “L”.
Cuidado con el “segundo ciclo” de contagios
Sí, los casos de contagio continúan creciendo y el número de víctimas fatales es trágicamente alto. Aun así, la mayoría de los observadores asume que a través de la cuarentena, el aislamiento social, las pruebas de diagnóstico mejoradas y una mayor disponibilidad de equipamiento médico, podremos salir de esto.
Por encima de todo esto se encuentra la esperanza de que la calidez primaveral en el hemisferio norte provoque el retroceso del virus, como sucede normalmente con los resfríos o el virus de la gripe estacional. Es posible. Pero hay otra posibilidad.
El consejero de la Casa Blanca, experto en enfermedades infecciosas, el Dr. Anthony Fauci, está advirtiendo sobre un “segundo ciclo” de contagios.
Esto sucedería si el virus sobrevive al verano y resurge el próximo invierto. Esto podría significar incluso una ola temprana de contagios en el hemisferio sur, donde las estaciones son inversas a las del hemisferio norte y donde se está aproximando el invierno.
Otra causa para este resurgimiento es el hecho de que China, y tal vez prontamente los Estados Unidos, están tratando de normalizarse y “volver al trabajo” antes de que la enfermedad esté completamente erradicada.
Eso puede tener sentido desde una perspectiva económica, pero podría ser el origen de un incremento en las infecciones después de un descomunal esfuerzo para lograr controlar al virus. ¿Estamos preparados para comenzar con esto nuevamente?
Los mercados no saben cómo “descontar” el virus
Los mercados son muy buenos descontando los acontecimientos y reflejándolos en los precios. Así que si hay un shock, un desastre natural o incluso un evento como la elección de Trump en 2016, ellos podrán descontar estas situaciones.
El problema ahora es que el mercado está tratando de descontar lo que se viene, pero eso es poner precio contra algo desconocido.
Quienes hacen vida en el mercado no saben cuán dañino resultará el contagio, cuánto se esparcirá, cuántos morirán o cuán largo será el apagón económico. Están poniéndole precio a un blanco en movimiento. Y la posibilidad de una segunda epidemia a fines de este año solo abona a la incertidumbre.
El mercado cayó 30% antes de su reciente recuperación de fin de marzo para luego volver a caer. Y ten en cuenta que entre 1929 y 1933 éste retrocedió 89%. Entre 2000 y 2001 el Nasdaq se desplomó 67%. Así es como se ve un mercado bajista.
Probablemente, veamos muchas de estas trampas alcistas en el medio de un mercado bajista mucho más extendido, y seremos testigos de un mayor retroceso en las acciones. Pero el mercado bajista está lejos de tocar fondo, y eso es porque nadie sabe cuán mala resultará toda esta situación.
Nuevamente, los mercados no pueden ni comenzar a pensar sobre un “segundo ciclo”. Esa es una razón más para entender por qué el mercado bajista no terminó todavía, y por qué esperar volver a un mercado alcista en un tiempo cercano es altamente improbable.
Y económicamente, hay buenas razones para creer que no habrá ninguna recuperación. Solo un largo y lento período de estancamiento una vez que lo peor haya pasado.
A Estados Unidos podría pasarle lo mismo que a Japón.
Saludos.
Jim Rickards
Para Inversor Global
Esta columna fue publicada originalmente en El Inversor Diario, el newsletter gratuito de Inversor Global en el que escriben las mentes financieras más brillantes de Estados Unidos y América Latina.
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Abogado y economista. Fue asesor de la CIA y el Pentágono y hoy es uno de los analistas financieros más leídos en Estados Unidos. Cuenta con 35 años de experiencia analizando exitosamente el contexto macroeconómico global. Gracias a una alianza con Agora Financial de Estados unidos, en Inversor Global es editor para Inteligencia Estratégica.