En el siglo XIX la minería de oro dio lugar al crecimiento de una geografía diferente. Ciudades, estados e incluso países crecieron a la luz de la extracción de su riqueza. “La fiebre del oro” definió geografía y política durante largos años. Ahora, llegó el turno de bitcoin.
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La semana pasada me tomé unas cortas vacaciones familiares en la histórica ciudad minera de oro de Ballarat, a unos 100 km de Melbourne.
Mientras exploraba la rica historia del lugar, me preguntaba qué hubiera hecho si estuviera vivo en ese momento.
¿Lo habría arriesgado todo por una oportunidad de gloria?
¿Hubiera sido tan valiente y aventurero como Ellen Clancy, por ejemplo?
Ella partió como pasajera de un barco de pago desde Inglaterra en 1852 para unirse a su hermano en las excavaciones victorianas.
Ellen llevaba un diario lleno de descripciones de la vida en los campamentos, “aventuras” con los guardabosques, historias de niños huérfanos, amor y casamiento.
Publicó este extraordinario relato de la vida de los mineros a su regreso a Inglaterra, en 1853, titulado A Lady’s Visit to the Gold Diggings of Australia (La visita de una dama a las excavaciones de oro de Australia).
Hay muchas más historias interesantes que podría contarte…
El punto es que esta era de la fiebre del oro estuvo llena de personas que dejaron su huella de alguna manera.
Se hicieron y se perdieron fortunas, sucedieron tragedias, surgieron rebeliones, se formaron ideales democráticos y se crearon ciudades desde el polvo.
No es exagerado decir que Ballarat, tal como lo conocemos, no existiría sin el oro. Y eso podría decirse de Bendigo, California, y de cualquier otra ciudad de la fiebre del oro.
En ese momento, el oro era dinero y estaba a disposición de cualquiera que quisiera probarlo.
Y aunque la minería de oro todavía existe, es principalmente el dominio exclusivo de las grandes empresas mineras en estos días.
Los “mineros de oro” de hoy en día son los bancos centrales, que crean dinero a voluntad y lo distribuyen a través de sus “amigos” elegidos.
Es la razón por la que lugares como Wall Street y la City de Londres se convirtieron en las nuevas ciudades en auge del siglo XX.
Las ciudades del auge del oro en su mayoría se convirtieron en comunidades pastorales, o incluso en pueblos fantasmas.
Pero el viento está cambiando de dirección…
Este cambio pronto podría hacer que los centros financieros como Wall Street queden obsoletos. Y todo se debe a un nuevo tipo de fiebre del oro.
Al igual que la fiebre del oro de antaño, está abierta a todos los que estén dispuestos a intentarlo.
Estoy hablando de bitcoin…
Una nueva fiebre del oro
Ahora, como probablemente sepas, bitcoin y las criptomonedas no son objetos físicos. Son un código informático.
Este código descentraliza muchas funciones del sistema de dinero fiduciario en el que vivimos.
En mi opinión, las criptomonedas cambiarán por completo el tejido financiero de nuestras vidas. Y, sin embargo, a pesar de que el valor de bitcoin aumentó más de 10 veces durante el año pasado, todavía es temprano.
Pero Bitcoin tiene los ojos puestos en apoderarse del oro muy pronto:
Flujo de fondos de oro y de bitcoin del último año. Fuente: Bloomberg
Los flujos de fondos se están moviendo hacia bitcoin a la vez que caen en oro. Esta es una dinámica muy interesante a tener en cuenta.
Pero no quiero profundizar en el argumento de “bitcoin contra oro” hoy. En realidad, eso es solo una parte muy pequeña de la propuesta de valor aportada por bitcoin y las criptomonedas en general.
En cambio, quiero hablar sobre cómo bitcoin podría terminar creando nuevas ciudades y pueblos de manera muy similar a la de la minería de oro cuando creó los Ballarats y Bendigos del siglo XIX.
Verás que el proceso de asegurar la red bitcoin implica algo llamado “minería” bitcoin.
Este es un proceso informático muy intensivo que requiere acceso a energía barata para ser competitivo.
Los mineros de Bitcoin son recompensados con bitcoins recién acuñados y, cuantos más mineros haya, más segura será la red.
Por lo tanto, si tú también crees, como yo, que bitcoin va a ser una nueva forma de dinero para el siglo XXI, el estar al tanto de las consecuencias de la minería Bitcoin es muy interesante.
En pocas palabras, significa que el acceso y la cercanía a energía barata se convierte en un enorme activo para cualquiera que quiera ayudar a proteger la red bitcoin (y, a su vez, generar bitcoin).
Esta nueva oportunidad de ganancias cambia el juego para muchos proyectos energéticos, incluso aquellos que antes se consideraban inviables o antieconómicos.
Ganadores y perdedores
Marty Bent lo explica bien en una publicación de blog muy interesante llamada The Last Tax. Vale la pena leerlo.
El escribe:
“La visión de pequeños (y grandes) estados nacionales y ciudades soberanos distribuidos que se erigen alrededor de fuentes de energía varadas que se aprovechan para extraer bitcoins:
“(…) Si un estado determinado actúa en conjunto y actúa con intención, podría potencialmente eliminar la necesidad de gravar a sus ciudadanos a perpetuidad, establecer la independencia energética y, en silencio, pacíficamente, separarse del Gobierno Federal.
“Los estados ricos en energía como Wyoming están sentados sobre una cantidad obscena de recursos estancados que pueden convertirse en bitcoins, el activo más escaso con el que el hombre ha entrado en contacto.
“Si un Wyoming juega bien sus cartas, puede emitir su último impuesto, o simplemente recaudar dinero en los mercados de deuda para financiar la infraestructura de minería cripto, que toma los recursos energéticos del estado, y los convierte en bitcoins, que se transfieren a un fondo permanente que financia la educación, la infraestructura, la atención médica, la agricultura y otros servicios.
“Tal vez incluso podría pagar un dividendo a los ciudadanos si el esfuerzo es lo suficientemente rentable. Si la operación minera se ejecuta de manera correcta y eficiente, algunos de los ingresos se utilizan para reinvertir en la infraestructura minera para garantizar un flujo constante de fondos en el futuro.
“Algo como esto nunca fue posible antes de Bitcoin. No había forma de tomar energía varada sin mecanismo de entrega y hacerla rentable”.
Wyoming, por cierto, recientemente eligió a una senadora republicana que respalda a bitcoin, llamada Cynthia Lummis. Y ella está en el Comité Bancario de la Cámara en el Senado de los Estados Unidos.
Pero el punto principal que marca Bent es extraordinario.
Y está diciendo que, al igual que los antiguos auges del oro, también habrá implicaciones geográficas.
Específicamente, habrá nuevos “Ballarats” que surgirán cerca de nuevas fuentes de energía a medida que se desarrolle bitcoin. Habrá ganadores que aprovechen sus ventajas naturales.
Y perdedores que no lo harán.
Saber de antemano dónde está este “oro” oculto dará una gran ventaja a los inversores inteligentes, y también a los países inteligentes.
Pero en cuanto a ti, sin importar el país donde vivas ni sus recursos estratégicos para la minería de criptomonedas, de cara a esta industria para los próximos dos, cinco, quince o veinte años, puedes participar desde hoy mismo de este verdadero cambio de paradigma.
Todo lo que debes hacer es comprar una parte de bitcoin, y luego ver cómo la nueva historia se escribe.
Buenas inversiones.
Ryan Dinse
Para El Inversor Diario
Originario de Escocia y radicado en Australia, Ryan Dinse es un economista y trader de clase mundial especializado en criptomonedas. Antes de dedicarse a las tecnologías financieras emergentes, trabajó en la banca de inversión, donde manejó USD 500 millones en activos de sus clientes. Sin embargo, abandonó su puesto para dedicarse a su verdadera pasión: las oportunidades de alto potencial. En 2013, compró sus primeros bitcoins, años antes del boom de las criptos. Hizo fortunas con la explosión bitcoin en 2017 y hoy se dedica a compartir su conocimiento con inversores de todo el mundo. Es editor de Extreme Crypto Trader en Inversor Global.